...Clorofilia...

La portada del libro me impresionó, su pequeña introducción también y por supuesto la historia. Creo que comenté que no soy muy dada a leer ciencia ficción - aunque ultimamente cada vez tengo más ganas de adentrarme en el mundillo con buenas historias - y es por eso que pienso que comencé a leer el libro muy agusto.

Cada vez que pasaba de página se ponía más interesante hasta que me di cuenta de que  iba por la mitad y la historia interesante se había vuelto sosa. A los tres cuartos todavía tenia esperanza de un gran giro en el desarrollo de los acontecimientos y de los personajes pero tristemente no fue así. En mi opinión, el final debería ser el prinicipio del libro. Sin embargo, pese que a mi gusto faltaba mucha más acción, he de decir que la filosofía que presenta es bonita y te hace reflexionar. A su vez tiene conversaciones entre los personajes donde demuestra que el autor te intenta hacer ver ciertos valores o ciertos sucesos que son dignos de ser pensados a conciencia.

Algo que verdaderamente me ha gustado mucho es como el autor ha sabido mostrarte un efecto mariposa global, cuando un acontecimiento ocurría en Moscú repercutía al mundo, y en breves páginas describe los efectos colaterales sin dejarse un cable suelto. Claro que, dentro de su propia idea futurista del mundo. 

En conclusión, lo que más me llamó la atención es su visión de una ciudad donde nadie paga nada pero continúa un fervor capitalista y a su vez una escuela de control sobre el ciudadano muy neoliberal. Y por supuesto, como una simple y enorme hierba que proporciona felicidad es igual de prohibida - y permitida ilegalmente - que las drogas blandas, y que se vuelve realmente problematica cuando muestra que todo en abundancia tiene su efecto colateral.

A su vez, debo añadir, que la felicidad y la paz debe buscarla uno mismo por mucho que cueste y por supuesto, todo aquello que te la otorga con brevedad no es más que una simple ilusión de la felicidad, es un vicio disfrazado.